Al abandonar el autobús, dispónganse a vivir la eternidad de esta ciudad. Llegaremos hasta el anfiteatro Flavio, conocido por todos como el Coliseo, para apreciar esta obra de arte con más de 2000 años de historia y continuaremos hasta la fuente más famosa del mundo, la Fontana de Trevi, veremos el Panteón de Agripa con su cúpula abierta y la histórica Plaza Navona, una de las plazas más bonitas y populares de la ciudad. Ocupa el lugar en el que se situaba el estadio Domiciano en el año 86, con espacio para más de 30.000 espectadores, en el que los ciudadanos romanos disfrutaban de los juegos atléticos griegos. Sin duda, el mayor atractivo de la Plaza Navona son las tres fuentes construidas bajo el mandato de Gregorio XIII Boncompagni.

En el centro de la Plaza Navona se encuentra la “fuente de los cuatro ríos” construida por Bernini en 1651. Las cuatro estatuas de la fuente representan a los cuatro ríos más importantes de la época: el Nilo, el Danubio, el Ganges y el río de la Plata. En el centro está situado un obelisco de 16 metros de altura que perteneció al Circo de Majencio, que fue encontrado en la Vía Apia.

Tiempo para libre para degustar un plato típico de la cocina italiana.